viernes, 23 de septiembre de 2022

Capitulo LXIV: El fin de una generación I

 Hola a todos. Es increible la cantidad de tiempo que ha pasado desde la última publicación. Sé que ha sido una larga espera, pero, les aseguro que todo valdrá la pena. Estamos en la recta final de esta historia y una vez que sea concluída, empezaré un nuevo proyecto (que no he podido empezar porque me pone de malas tene otros a medias). En fin. Sin más por ahora, nuevamente gracias a todos los que siguen aquí. Gracias a todos los que han esperado las publicaciones y gracias a quienes lo siguen desde el primer dia. Estos ultimos 4 capítulos son dedicados a Ana Torres, que donde quiera que estés, sabemos estás mejor que aquí. 


—Desde el final de la guerra ha habido muchas opiniones encontradas, ¿sabes? Entre los que consideran que actuamos de forma horrible y quienes creen que fue lo mejor. Una cosa si es segura; en el mundo no había habido tanta prosperidad como en los últimos 50 años, desde la firma de los tratados de Varsovia-Londres y Moscú-New York, el mundo ha vivido en una relativa paz. Se ha logrado soportar cualquier movimiento de golpe de estado y protestas que tratan de desestabilizar. Lo sufrió Hada Delacour en su gobierno y lo sufrí yo. Protestas masivas que tuvieron que ser reprimidas por el bien común. No me malinterpretes, la violencia solo genera más violencia, pero en momentos apremiantes fue la única solución. Por ejemplo, en los días previos al inicio de la Guerra del Secreto como la llamamos entre nosotros los magos, o la Tercera Guerra Mundial, como la han llamado ustedes los No-Mag, nuestro movimiento tuvo que cometer algunas atrocidades para poder lograr nuestro objetivo. Y sería hipócrita hoy día condenar acciones de hace 50 años. Seria vivir en el pasado. Pero la historia así es, no hay buenos ni malos, solo gente con intereses buscando sobreponerlos al resto. Y eso fue lo que hicimos nosotros. Pero estoy seguro tu y tu audiencia no está interesada en escuchar justificaciones por parte de un viejo, ¿verdad? Están aquí para conocer la postura del antiguo Primer Ministro, de uno de los lideres del Movimiento Mágico del Secreto, de un miembro destacado de las invasiones Chinas a Taiwán y Japón. Pero, todo tiene un comienzo. No podemos hablar de Hogwarts sin hablar primero de los 4 fundadores. No podemos hablar de Pascua sin hablar de paganos. Lo mismo aquí. —Herman se acomodó la chaqueta mientras daba un sorbo de agua a su vaso para continuar. —La historia que contaré, es mi versión. Todos sabemos, que cuando hay mas de 2 personas existen más de dos verdades. Para muchos mi forma de haber visto y vivido las cosas será aberrante, pero así fueron. Y aunque quisiera, no puedo cambiarlo. No puedo tomar un giratiempo y volver 50 años y evitar que todo pasara —Vio directamente a cámara—No se puede. Lo que si puedo, es, como ya dije, platicar y relatarles desde la fuga en Azkaban.
—¿Usted participó en dicha fuga? —Le preguntó el conductor del programa, un hombre mayor, con canas y traje gris.
—Si. No de forma activa en combate, pero si en la planificación y en lo que conllevó después. Flammer siempre se refirió a todo ese asunto como Operación Condor. Si le soy honesto, ninguno de los tres estuvimos nunca metidos en historia muggle, es por ello que pensamos que le decía así por la gran envergadura de un ave cóndor, capaz de abarcar hasta 3.5 metros… Después supimos que fue en honor a una operación hecha por los americanos contra un país sudamericano en un golpe de Estado. Si lo hubiéramos sabido… Bueno, tal vez habríamos entendido mas a detalle que el plan no solo era derrumbar el estatuto. En fin… El día de su fuga, Hada y Flammer, después de celebrar nos comentaron cual era el siguiente paso; Flammer se dedicó a torturar a Pansy Parkinson. Y no soy quien para contárselos, pero él era bastante…sádico. Nunca, en todo el tiempo que lo conocí, usó una maldición cruciatus para torturar a quien tenia que hacerlo. El solía cargar en una bolsa de su chaqueta, obviamente extendida con magia, un maletín negro con instrumentos muggles para torturas. Decía que si bien, la maldición imperdonable podía generar un completo terror mental en la cabeza de un mago, muchos podían estar preparados para ella y que muchas veces, lo desconocido da más terror. Es por eso que el solía hacer ese trabajo con herramientas de dentista, de mecánico, con bolsas plásticas, electricidad y hasta agujas para coser. Siempre fue muy creativo para todo ello. Y Pansy Parkinson lo vivió en carne propia. Fueron 12 horas de una lenta y dolorosa tortura que no se limitó solo a sacarle información del ministerio, pues por esos tiempos, Hermione Granger, quien fue la ministro de magia, trabajaba muy de cerca con la ex directora de Azkaban en un afán de evitar fugas o filtrado de información. Durante más de medio día, estuvo arrancándole dientes, quemando sus partes privadas con cigarros, desgarrando con un tipo de cables que usaban los autos muggles de ese entonces poniéndolos en sus pechos. Le estuvo dando golpes eléctricos cada vez mas intensos… Incluso murió en dos ocasiones, sin embargo fue resucitada para seguir con su sufrimiento. En un momento incluso ella suplicó la muerte o que mínimo fuera torturada con un crucio. Cuando finalmente consideró que ya no era necesaria, la asesinó. Fue en ese momento que se dio la Orden 66. —Herman paró un minuto para tomar agua, mientras el presentador aprovechó para hablar.
—¿La orden 66, como en star wars?
—Si, eso mismo. Flammer adoraba la cultura muggle. Y es entendible, creció entre ellos a pesar de tener una gran herencia mágica detrás. En fin. Dicha orden consistía en irrumpir en el callejón Diagon para robar 550 varitas para todos nuestros nuevos reclutas, abandonar los restos de Pansy y lograr con ello que el Ministerio se declarara oficialmente. El que ocurriera algo tan grave como lo del 26 de febrero del 2023 y el gobierno no diera una postura firme, seria una clara muestra de su falta de valor. Pero, si por el contrario, ocurría algo como lo que sucedió, los planes que teníamos serían puestos en marcha a la perfección.
—¿Puedes contarnos un poco más acerca de como sucedieron las cosas en el Callejon Diagon? —Dijo el presentador.
—Claro, aunque debes saber que es algo bastante… horrible. Pero, en fin. Cuando se dio la orden, Flammer estableció diferentes roles de acción. Por un lado, Hada y yo, seriamos los que estaríamos frente a los nuevos reclutas, vaciando tanta tienda de varitas como pudiéramos. Teníamos que asegurarnos de tomar mas de 550 para tener repuestos en caso de ser necesario. No había un limite de fuerza a utilizar lo cual hizo que todo fuera una verdadera masacre. Porque bueno, estábamos Hada, quien siempre fue una bruja de enorme poder y habilidades y estaba yo, quien, modestia aparte, siempre he sido excelente con el dominio de la magia. Sin contar que teníamos a un grupo de locos a quienes les dimos puerta abierta para poder hacer tanto destrozo y muerte como quisieran. Y en otro plano, estaba Marian y Flammer, cuyo trabajo fue el crear kla mayor perturbación posible. Y vaya que lo hicieron. En los libros de historia viene una pequeña narración de los hechos, sin embargo, haberlo vivido en carne propia, fue algo extremadamente diferente. Ver a Flammer lanzar maldiciones contra el banco Gringotts, contra decenas de locales de todo tipo de artículos, crear explosiones tan poderosas que aun día de hoy, cientos de sobrevivientes dicen que ni las bombas muggles de la guerra fueron tan destructivas. Marian, por su lado, se dedicó casi en exclusiva a quemar cuanto pudo. De su boca y manos sacaba llamaradas tan largas y potentes que en un momento Flammer tuvo que hacer un poderoso encantamiento escudo para protegerse de las llamas. Al finalizar la misión, que tuvo solo 20 minutos de duración, Flammer abandonó los restos de Pansy Parkinson frente a las puertas de Gringotts y huimos de ahí. El saldo oficial fue de 16 muertos y 145 heridos de gravedad. Sin embargo, todos los que estuvimos ahí sabemos que muertos fueron mínimo 50 y heridos el doble de la cifra oficial. Fue una barbarie. Cuando regresamos a nuestro punto de reunión, muchos estaban en silencio. Los fugados de Azkaban eran en su mayoría antiguos mortifagos de los tiempos de Tom Riddle. Otros eran traficantes de criaturas o de pociones, estafadores y demás delincuentes de poca monta. Muchos, con excepción de los seguidores de Riddle, jamás habían matado o presenciado tanta muerte y ahora sabían que no tenían forma de escapar. Que esto iba enserio, fue como un balde de realidad. Flammer se paró frente a todos, con Hada, Marian y conmigo de su lado y dijo “A partir de ahora, estamos en guerra. El ministerio no tardará en declararlo, pues se verían débiles si no lo hacen, aunque a ojos públicos esto será el peor error desde tiempos de Fudge cuando negó el regreso de Voldemort. En las próximas horas se le dará a cada uno, cual será su misión, pues empezaremos a sufrir hostigamientos. Es importante estar listos para todo, pues de aquí en adelante, solo nos tendremos a nosotros.” —Herman se detuvo y de su bolsa sacó un pequeño cuaderno empastado en cuero. —Este es mi libro personal, mis memorias desde que tengo mis primeros recuerdos hasta lo último que escribí hace unos días. Voy a leer varios fragmentos para poder ser más exactos. —Herman mostró el manuscrito a la audiencia, quien estaba completamente callada, completamente interesada en el relato. —Muy bien. Entonces, tras esa plática, Flammer y Hada se reunieron con el presidente de Rusia y el Ministro Mágico Ruso Lennin Trosky. Desde luego, ninguno era un experto en Geopolítica, pero al menos entendíamos perfectamente la rivalidad entre Rusia, China y América, quienes estaban en una constante carrera económica y militar para cada quien poner sus intereses por encima de los demás. Fue por eso que la reunión que tuvo fecha del 1 de marzo de 2023, fue muy benéfica para todas las partes. Fue bastante larga. Y no por malos entendidos entre las partes, sino porque estaban planificando la estrategia completa. Por un lado, Rusia quería poder expandirse en América, pues consideraba que si bien, Cuba era una posición excelente, el hecho de que sus enemigos tuvieran una prisión militar ahí, podría complicarles las cosas, motivo por el que necesitaban poder mover tropas a ciertos puntos de América del Sur para tener una lanzadera, sin embargo, lo que Flammer les propuso fue aun más audaz; Invadir Lituania, Estonia y Finlandia, los tres miembros de la OTAN. Rusia, al atacarlos, entraría en guerra automáticamente con Estados Unidos, lo que los obligaría a mandar tropas a Europa, bajando el poder defensivo yankee en su propio país. La reunión fue bastante fructífera, pues al regresar, fue acompañados de Vladimir Korkavane, ¿lo recuerdan? Bueno, fue un mago oscuro ruso que logró ser seguido por más de 2500 personas, quienes vinieron a Escocia con nosotros. Eso fue por el lado de Flammer y Hada. Mi esposa Marian y yo tuvimos la misión de reunirnos con Olaf Scholf y Mario Draghi, ministros de Alemania e Italia respectivamente. Ellos ya estaban preparados para empezar el conflicto en el momento que Rusia diera el primer disparo. Lo que se discutió en esas reuniones fue la repartición territorial que se haría tras la invasión y el triunfo. Sí, bastante soberbio de nuestra parte, pero teníamos plena confianza de que el plan saldría a la perfección. No tanto porque estuviera muy bien estructurado, porque más bien tenia mas hoyos que el auto de 2Pac, sino porque sin importar lo que saliera mal, teníamos a Hada. Esa mujer siempre tuvo mente fría. Si Flammer se descontrolaba y el estrés le ganaba, ella lograba ver más allá de todo lo evidente y lograr tomar las mejores decisiones, algo así como un Demiguise, pero sin tanto pelo. En fin, nuestra reunión se complicó porque Alemania exigía anexar parte de Croacia y de Bosnia, sin embargo, logramos llegar a acuerdos para que todas las partes estuvieran de acuerdo, pues desde luego, si cedíamos ante uno, todos iban a querer más de lo pactado. En resumen, todos llegamos a acuerdos que nos beneficiaron. Unos querían mas de que pactamos. Y no los culpo, digo, alborotamos el gallinero, pero finalmente quedó en como lo conocemos hoy en día. Así terminó la jornada del 1 de marzo de 2023, con negociaciones muy bien concretadas con grandes entendimientos. Posterior a eso, regresamos a Escocia. Nuestro objetivo era entrenar a todos los seguidores de Korkavane para minimizar nuestras bajas y lograr mayor impacto en el enemigo, sin embargo, desde el 3 de marzo de ese año, el Ministerio de Magia Inglés comenzó una serie de campañas contra nosotros en Belfast, Dublín y Edimburgo.  Las batallas fueron realmente duras, pues al estar en un estado de Guerra, el ministerio mágico se apoyó bastante de la inteligencia muggle para poder localizarnos. Aunque muchos lo odian y les duele admitirlo, esa colaboración de magia, técnica y ciencia de la que tanto habló Flammer con la remoción del Estatuto Internacional del Secreto, estaba siendo bastante beneficiosa para todos quienes la estaban aprovechando. Fue de las mejores cosas que pudo pasarle al mundo en general; una población muggle bastante madura y una sociedad mágica que poco a poco iba perdiendo sus prejuicios respecto a los muggles. Yo lideré la batalla del Castillo de Craigmillar, en la cual 100 miembros de nuestro movimiento lucharon contra más de 1000 agentes del ministerio. Fue una de las batallas punta de lanza, pues esa, junto al asedio de La Catedral de San Patricio y la Batalla del Ayuntamiento de Belfast, demostraron que las fuerzas del ministerio eran muy inferiores a nuestra capacidad. Solamente tenían una muy buena moral, pues el mismo Harry Potter lideró todas las batallas, pero ni con todo eso lograron ganar una sola de esas. Debo admitir que al día de hoy, me sigue dando risa, el como la gente del ministerio huía a toda prisa cuando empezaron a caer las torres de Craigmillar tras la explosión de un poderoso hechizo. Los muggles que estaban ahí buscaban refugio en donde pudieran y aún así, murieron varios de ellos. Fueron varios días de batalla, en diferentes puntos. Todo iba sobre la marcha y el plan avanzaba de forma excelente, hasta que ocurrió algo que nadie esperaba en ese momento; el 12 de marzo de 2023, falleció la Reina Isabel II, a la edad de 96 años. Eso hizo que todo Reino Unido se paralizara. Flammer y Hada, apenas supieron la noticia, viajaron a Rusia, para saber como y cuando procederían, pues era evidente que el nuevo Rey, no tenia ni la fuerza ni la capacidad para mantener alta la moral de su pueblo en los tiempos que se avecinaban. Fue así, como el día 15 de marzo de 2023 a las 7 de mañana, un contingente de 16,000 soldados rusos, 2000 tanques, 1000 aviones y 1000 piezas de artillería, apoyados por 1000 magos, atacaron de forma simultanea Ucrania, Estonia, Lituania y Finlandia. Todos esperaban que a ese punto Rusia atacara Ucrania, eso era más que evidente, pero, el atacar naciones que pertenecían a la entonces OTAN, era algo impensable. Ese pacto establecía que si un país miembro era atacado por cualquier otra nación, todos los países unidos a ese tratado, le apoyarían militarmente. Por esos tiempos, Lituania, Estonia y Finlandia ya eran miembros en pleno derecho de la OTAN, lo que significaba que, con la invasión rusa, todos los demás países se verían obligados a declararle la guerra. Y ocurrió. No pasaron más de 3 horas desde los primeros ataques aéreos en Resenke, Narva, Lappeenranta y Klev, así como de la entrada de artillería militar y de magos que apoyaban abriendo camino, que Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Canadá, España, Portugal y Países Bajos declararon la guerra a Rusia. Se esperaba, desde luego, que Alemania también se mostrara firme en el conflicto y no tardara en declarar la guerra, pero, en ese momento, Alemania lanzó un ataque militar a gran escala contra Polonia, Austria, Francia, Bélgica y Países Bajos. Eso fue lo que puso al mundo en una total encrucijada, pues miembros de pleno de la OTAN, eran atacados por otros miembros que, a pesar de que habían pasado 88 años desde el auge del Partido Nazi, aun no cerraban heridas del todo. El mundo estaba vuelto loco, nadie sabia que estaba pasando con exactitud y la cosa solo empeoro cuando Italia atacó más países, entre los que mas destacaron y que recuerdo, Suiza, Eslovenia, Croacia, Grecia y Albania. Se platica de forma sencilla y pareciera que hubo días de diferencia, pero no, todo esto ocurrió el día 15 de marzo de 2023, dando inicio a lo que los Muggles bautizaron como Tercera Guerra Mundial, aunque entre la comunidad mágica se conoció como la Guerra del Secreto, pues todos sabíamos que todo se desencadenó a raíz de la eliminación del Estatuto Internacional del Secreto. —Herman se detuvo, con los ojos perdidos y volvió a tomar agua, pero no continuo.
—¿Y ustedes donde estaban? Me refiero a ti, Flammer, Hada y Marian. ¿Dónde estaban cuando las invasiones tuvieron su inicio?
—Bueno, yo estaba con el Primer Ministro Alemán, tanto muggle como mágico. Se les dio un apoyo de 150 magos y 20 dragones para poder hacer una “Guerra Relámpago” a la vieja escuela, como mencionó Olaf Scholf. Marian se encontraba en Grecia, abriendo camino a las tropas italianas que estaban avanzando de forma firme y rápida. Hada estaba en el frente Finlandés junto a 300 magos y 100 dragones. Ese, desde el principio de la guerra, fue el frente que más énfasis se le hizo para poder atacarlo y acabar con el lo antes posible. Flammer, por su parte, estaba reunido con Vladimir Putin, estableciendo un plan de acción pues ahora que la OTAN les había declarado la guerra, sabían que solo era cuestión de tiempo antes de que empezara a sonar el hecho de utilizar armas nucleares. Y eso ocurrió solo 6 horas después de iniciado el conflicto. Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Dinamarca y España lanzaron un Ultimátum a Italia y Alemania, a que retiraran sus tropas de todos los países miembros invadidos o serian atacados de forma fuerte, contundente y definitiva. Ante ese escenario, era lógico que la guerra solo duraría unos pocos meses, pero, si se lograba desmantelar el arsenal nuclear de Estados Unidos, esta podría extenderse por años. Fue por eso que se tomó la decisión conocida como “Operación Pancho Villa”, en la cual se planeaba un ataque a gran escala contra Estados Unidos, directamente en su territorio, algo que solo una vez había ocurrido en la historia del país. Era una apuesta arriesgada pues si algo salía mal, el mundo estaría al borde de la destrucción por guerra nuclear.


jueves, 21 de febrero de 2019

Capítulo LXIII: El “Telegrama” Zimmermann


Estamos jodidos. Se repetía una y otra vez La Ministro de Magia Hermione Granger, quien apenas unas horas atrás se había enterado de la fuga masiva de Azkaban, liderada por los recién llegados Flammer Actecmer y Hada Delacour y orquestada desde dentro. Su imagen estaría por los suelos una vez que todo saliera en el Profeta. Su carrera se iría a la basura junto a la credibilidad que durante años tardó en construir. Y peor aún, sabía que esta vez por más Harry Potter que saliera a hablar en su defensa, les creerían. Todo estaba jodido y ella lo sabía mejor que nadie. Su cabeza era un mar de angustias y preocupaciones el cual fue interrumpido por la gárgola parlante que le avisó que Harry Potter, Ronald Weasley y Percival Cassez, quien fungía como Jefe del departamento de Misterios. Hermione acomodó su cabello justo unos segundos antes de que la boca aquella gárgola se abriera lo suficiente para que los tres adultos salieran de ella, se saludaron sin decir nada y se sentaron una mesa pequeña. 
—Es curioso. —Dijo Cassez, mirando a su alrededor. —Durante muchos años escuché el mito de esta sala, incluso entre el departamento de misterios, esto es un misterio. Y para ser honesto, odio tener que estar aquí.
—Todos lo odiamos, Percival. —Dijo Hermione, quien seguía tensa y con evidente aspecto de preocupación. —Pero si los he reunido es por algo e incluso tú mismo, me dijiste que tenías información extremadamente preocupante, ¿no es así?
—En efecto. Pero primero hable usted Ministra, pues lo mío es necesario digerirse para no ser tan escandaloso.
—Gracias…—Hermione tomó su varita y comenzó a salir de la punta alguna imágenes. — Hace apenas unas horas, recibimos un llamado de auxilio que venía de Azkaban. Como sabran, Flammer Actecmer y Hada Delacour, los criminales más peligrosos de este siglo y posiblemente, en la historia de Inglaterra, escaparon mediante la utilización de magia y maldiciones. Varios guardias murieron y de los 659 reos que guardaba la prisión, 550 escaparon junto a ellos y lo que es peor, la directora de la prisión, Pansy Parkinson, fue secuestrada pues no se encontró rastro de ella y no se ha puesto en contacto con nadie y tampoco se ha logrado localizar. Estamos haciendo todo lo posible para que no salga a la luz, pero como parte de nuestros principios anti censura, es solo cuestión de tiempo para que comiencen a investigar y todo se de a conocer. Es por eso que los cite aquí; necesitamos tomar acciones rápido, y dado los sucesos, pienso que lo mejor es declarar un Estado de Guerra.
— ¿Un Estado de Guerra? Hermione, eso es una locura. —Protestó Ron en voz algo elevada. — Se perfectamente que son tiempos muy difíciles, pero de eso a pensar que debemos llegar a esos extremos, es muy diferente. Ni siquiera en tiempos de Voldemort el ministerio lo declaró.
—Es cierto, Ron, el ministerio jamás declaró un Estado de Guerra y ve lo que sucedió: Sirius, Cedric, Fred, Tonks, Lupin, Ojo Loco y otros miembros de la orden, muertes que se pudieron evitar si el ministerio hubiera actuado oportunamente.
—Harry, es que esto no es lo mismo que con Voldemort…
—Weasley tiene razón. —Dijo Cassez en voz alta. —Es peor, mucho peor. Desde años seguimos la pista de Actecmer y Delacour para saber sus actividades, la magia que han desarrollado, su pensamiento, alianzas, prácticamente todo lo que nos ponga en desventaja a nosotros, y debo decirles que es más que suficiente para preocuparnos. Sin embargo podríamos haber dejado pasar en alto todo eso, pues aunque era ilegal tampoco era tan grave, sin embargo, hace 45 días fue enviado un mensaje encriptado de tal forma que nos fue casi imposible de descifrar, pues estaba escrito en un sistema muggle bastante complicado. Cuando mis hombres logaron por fin leer el contenido del mensaje, se dieron cuenta que era una invitación que Flammer Actecmer estaba haciendo a Petrov Korkvsky, primer ministro ruso para unirse a su causa, la cual explica a grandes rasgos “La recuperación del mundo para sus dueños reales” y en otro mensaje que también logramos intervenir, invita al Presidente Muggle de los Estados Unidos de América a una reunión personal para “discutir temas de mutuo interés, tanto económico como militar para ambas naciones”. Considerando que el presidente muggle lo mande al diablo, aun debemos preocuparnos de los rusos, pues desde que se firmó el Tratado de Varsovia, no han sido de lo más amigables del mundo, y siendo que les hemos impuestas demasiadas sanciones, estarán interesados en unirse a ellos, sin contar que Flammer les ha prometido recuperarles Ucrania y Siberia, puntos bastante útiles para ellos y que desde nuestra perspectiva de intereses no debemos permiterles tener.
— Entonces, ¿qué haremos? —Harry preguntó mientras miraba fijamente a Hermione, quien estaba analizando parte por parte la información recién dicha.
—Por ahora no es prudente declarar un Estado de Guerra, considerando que tal vez Rusia no sea nuestro aliado. Debemos ser cautelosos con lo que sale en la prensa y lo que no, ahora más que nunca, es cuando se tiene que tener cuidado.
—En ese caso, ministra, permítame hacerle una recomendación: Es sólo cuestión de tiempo antes que se descubra lo que pasó en Azkaban, y una vez que eso salga a la luz, será inevitable que comiencen a ser formuladas preguntas. Y todos los aquí presentes sabemos perfectamente quien es experta en ese asunto de no solo descubrir cosas, sino de volverlas más escandalosa de lo que realmente son.
— Rita Skeeter. —Dijo Harry, quien frunció el ceño, como si recordara ciertas cosas a causa de ese nombre.
—En efecto. Y para ser honestos, una vez que descubra esto, será navidad para ella de tan grave que lo pintara. Eso, junto a que tiene una legión de seguidores estúpidos que creen en todo lo que ella les diga… bueno, tengan por seguro que ahí sí será su fin. Aunque hay gente inteligente que sabe que lo único que ella vende es amarillismo y sensacionalismo, incluso hay varios miembros del Wizengamot que le creen ciegamente.
— ¿Y qué propones? No podemos prohibir que sea publicada. —Dijo Hermione, no del todo convencida.
—Ministra, usted vivió en la Guerra contra Voldemort, sabe perfectamente de que lado se puede poner ella con tal de vender. Y considerando los hechos, en cuanto descubra la fuga y si por alguna razón es arpía se entera de los mensajes interceptados… bueno… desde mi punto de vista y siendo objetivos, lo mejor que podríamos hacer con ella es liquidarla.
— ¿¡Qué!? —Ron y Harry se escandalizaron. Una cosa era neutralizar a un enemigo del Estado en algun operativo y otra era que el mismo Estado propusiera asesinar a alguien por el simple hecho de no congeniar con sus ideas. —¡Eso sí que no! —Gritó Potter. —Eso va contra todo lo que hemos luchado y construido durante tantos años. Es represión en su estado más puro y desde luego Hermione no lo aprobara, ¿verdad? —Hermione estaba callada, pensativa. Su mirada algo perdida.
—Adelante. Desaparezcan hasta su último hueso. —Las palabras de la Ministra penetraron los oídos de Harry y Ron, quienes se quedaron mudos, sin creer lo que acababa de decir. —Y mantengan todo esto en el mayor hermetismo posible. No quiero nada de filtraciones a la prensa. Busquen a Actecmer hasta por debajo de las piedras. Manden espías a Rusia, Alemania, Estados Unidos y a México. No debemos dejar cabos sueltos. Estamos en guerra, aunque nadie más lo sepa.
Hada estaba recostada, tenía un paño húmedo en la frente. Flammer se encontraba a su lado, tomando su mano firmemente. Llevaba ya 2 días con fiebre algo alta. Según había dicho el sanador era normal, pues era parte de los efectos secundarios de la poción abortiva. Sin embargo, tanto Flammer como Marian y Herman se encontraban preocupados. Se encontraban lejos de la civilización, en una pequeña isla del Atlántico Norte, además de estar rodeados de 550 criminales que escaparon con ellos. Si los cálculos eran correctos en tan solo 10 minutos más, la fiebre debía desaparecer y con ello iniciar un ligero sangrado con el cual se iría también el embrión. Estaban todos en silencio. La decisión de realizar el aborto fue un acuerdo entre todos, pues comentaban que no podían arriesgarse en este punto, que un bebé no era factible. Y tanto Flammer como Hada no deseaban hijos de ninguna forma, por lo que secuestraron un sanador de San Mungo y a su familia para que elaborara una poción abortiva de manera correcta. Muchos dirían, años después, que fue una decisión difícil, pero la realidad fue que no, para ellos fue tan simple como decidir entre desayunar hot cakes o waffles.
Habían pasado 2 horas desde que el sangrado se detuvo. Todo había vuelto a normalidad. Estaban platicando los cuatro cuando un pájaro pequeño, de una cola alargada y hermosa entró por la ventana, con una nota enrollada en la pata. Herman la tomó y leyó.
—“Estimado señor Actecmer” que educados son estos rusos. —Sonrió y siguió leyendo. —“después de analizar detenidamente su propuesta, hemos decidido aceptar los términos que nos plantea. Nuestros aliados en Alemania e Italia también han decidido participar. También me es oportuno decirle, que nosotros colaboramos de forma muy estrecha con el gobierno muggle de nuestro país, por lo que están dispuestos a ayudarnos con todo su poder militar (el cual es verdaderamente tenebroso y preocupante pues puede destruir la tierra al menos 5 veces) con la condición de que una vez ganada la guerra, ellos deben hacerse con el dominio de al menos una tercera parte de Estados Unidos y Asía. Sin más por ahora, espero su respuesta.” Bueno, la respuesta llegó tarde, peor lo hizo. ¿Ahora qué? —Preguntó Herman, volviendo a sentarse.
—Ahora, nos toca dejar un pequeño regalo en el callejón Diagon y conseguir 550 varitas nuevas. Nuestros nuevos miembros se impacientan. —Hada hizo un gesto con la mano. Flammer sonrió y junto a Marian, salieron del cuarto y antes de desparecer de la isla, tomaron una bolsa de tela con una enorme A escrita y tomaron rumbo al Callejón Diagon. Desde luego, se habían vuelto tan cínicos que no les importaba si alguien los veía aparecer de la nada. Sin embargo esa ocasión fue diferente, pues entraron con total lujo de fuerza y una magia tan desmedida a las tiendas de varitas, saqueando la mayor cantidad posible y dejando la bolsa que tomaron en la isla tirada frente a Gringotts. Solo fueron necesarias 3 horas para que la prensa se llenara de tres noticias que enloquecieron al mundo mágico y llenaron los principales centros mágicos de protestar: el secuestro, tortura, asesinato y abandono de los restos de la Directora de Azkaban, Pansy Parkinson, la fuga de 550 reos de alta peligrosidad de Azkaban y la desaparición de Rita Skeeter. Fue en ese momento, en esa conferencia de prensa y ante la presión mediatica que recibió el gobierno, que la Ministra Hermione Granger declaró un Estado de Guerra contra la organización terrorista liderada por Flammer Actecmer, Hada Delacour, Herman DuMort y Marian
Targaryan, considerados por el gobierno, como la amenaza más peligrosa desde los días de Voldemort.

martes, 14 de agosto de 2018

Capítulo LXII: Más allá de la muerte.


Flammer sintió su espalda romperse, su cuello y piernas no sufrieron mejor suerte al estrellarse contra las piedras del acantilado. Su cuerpo quedó destrozado, un charco de sangre quedó bajo de él y su mente se nubló. Sabía que su cuerpo acaba de sufrir un daño irreparable, que lo hubiera matado sin más, pero él sabía que aún estaba ahí, tenía la certeza, aunque ya no pudiera sentir nada.
—¡Mierda!—Exclamó el guardia que lo vio caer y destrozarse contra las rocas. —Bueno, el gran Flammer Actcemer se ha ido. Ahora veremos si la otra zorra tiene mejor suerte que este pobre desgraciado. —El centinela dio media vuelta y regresó por donde vino, dejando el cadáver hasta el fondo del acantilado.
Dos guardias empujaron a Hada por un lugar similar a donde Flammer murió. Cayó un par de metros pero en lugar de tocar estrepitosamente las rocas, se plantó con delicadeza en el suelo, viendo con una sonrisa burlona a sus verdugos.
— ¿Pero qué mierda? —Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, como si un rayo se hubiera elevado del suelo a la tierra, una mole golpeó a los dos, dejándolos inconscientes. Hada desplegó sus dos enormes alas doradas y voló un par de metros, donde encontró el cadáver de Flammer ensangrentado.
—Oh, cariño… —Se lamentó la chica durante un breve periodo de tiempo, sacando de entre las harapientas ropas una varita desgastada y que desde luego, no era la suya. Con un movimiento circular hizo que una nube negra se materializara, la cual se convirtió en polvo poco a poco cubriendo el cuerpo sin vida de Flammer. De un momento a otro, el cadáver abrió los ojos y dio una bocanada de aire, mientras Hada lo envolvía en una especie de fuego verde que poco a poco comenzó a curar sus heridad hasta dejarlo ileso.
—Debo admitir. —Dijo Flammer, levantándose lentamente. —Que cuando hice esta práctica en un animal, no pensé que funcionara con un humano, o mas bien, no creí que fuera a funcionar siendo un pedazo de alma, producto de un horrocrux.
—Nadie lo creyó, y de hecho lo hice como último recurso después de escuchar que serías asesinado. Pero basta de hablar. Debes continuar el plan.
—Entonces adelante. —Flammer volteó hacía arriba, de donde cayó hasta el borde del patio de la prisión. — ¿Conseguiste una varita para mi? No quiero arriesgarme a ejecutar magia más poderosa de lo que soy capaz y ahora si morir. —Hada lo observó, lanzándole una varita similar a la suya. —Bueno, peor es nada, vamos. —Ambos apuntaron al cielo y con un enorme chorro de agua se impulsaron hacía el cielo, volviendo a caer en la plataforma de donde habían sido arrojados solo unos segundos antes, siendo observados por guardias atónitos que estaban ahí, incrédulos. Flammer y Hada lanzaron maldiciones asesinas certeras a cada uno de los centinelas presentes, dejándolos tendidos en el piso. Caminaron lentamente por los pasillos, mientras los prisioneros los observaban con temor y asombrados. Siguiendo su paso lento, observaron a todos y cada uno de los internos ahí mismo.
— ¿Ves? Cuando te dije que los muggles nos llevaban una ventaja respecto a los sistemas de comunicación inmediata que usan no te mentía. Ellos habrían sabido al instante lo que pasó afuera, por el contrario, ahora deberán esperar a que averiguen que fue el problema cuando salgan y lo vean. Tenemos mucho tiempo de ventaja. —Dijo Flammer, observando a Hada de reojo, mientras apuntaba a cada prisionero que pasaba. —Ahora, yo iré a buscar a Parkinson y tú libera a esta gente. Tengo cuentas que arreglar con esa pera.
—No debes matarla por ningún motivo, recuerda. No deben saber que estamos dispuestos a asesinarlos y por el contrario, deben saber que podemos llegar a ser más crueles de lo que piensan. Bien lo decía Dumbledore “hay destinos peor que la muerte”.
—Descuida, de hecho quiero hacer que mande un mensaje personalmente al ministerio. —Flammer sonrió y comenzó a correr en dirección contraria a donde iba Hada. Caminó un par de pasillos y subió unas cuantas escaleras por toda la fortaleza hasta que llegó a una especie de torre, en la cual había dos guardias que sin poder siquiera meter las manos fueron abatidos. La puerta que cuidaban se abrió con un estrepitoso golpe y en dirección contraria, siendo lanzada directo a Flammer quien la convirtió en un montón de astillas que regresaron hacía su origen. La señora directora, con un ágil movimiento convirtió esos trozos de madera en pequeños proyectiles en llamas, los cuales pegaron ante la pared detrás de Flammer, quien con un movimiento de varita tan rápido, hizo que estos se desviaran e impactaran detrás y sin detenerse siguió su camino hasta Parkinson. Quien continuó atacando pero cada vez de forma más inútil y antes de que pudiera hacer algo más, Flammer hizo que quedara inconsciente, cargándola sobre el hombro y regresando por donde llegó. Al regresar, observó que Hada había liberado a todos los reos que habían y que estos se encontraban en paz, tranquilos y algo nerviosos.
—Muy bien, damas y caballeros. Es hora de irnos. Un barco nos espera en el embarcadero. Todos en orden y paz.
Unas horas después, en una casa de seguridad en algún punto del océano Atlántico norte, Flammer, Hada, Marian y Herman se encontraban sentados frente a las bravas olas del océano, las cuales chocaban de forma violenta contras las rocas.
—Eres un maldito hijo de puta, Flammer. —Dijo Herman, mientras daba un sorbo a una cerveza de mantequilla. —De verdad un maldito cínico. ¡Un genio! ¿Cómo sabías que iba a funcionar ese plan demencial?
—Nunca lo supe. —Sonrió Flammer, mientras bebía whisky. —De verdad ni siquiera me pasó por la cabeza que de verdad funcionaria. Era apostar un todo o nada. Era lanzarme al vacío, literalmente. Jamás me esperé que ese hechizo funcionara.
—Imagina yo, imbécil. —Dijo Hada, quien también tenía cerveza de mantequilla. —Ni siquiera me hice la idea de poder revivirte. El hechizo sonaba tan básico y sin ser magia suficientemente oscura para lograrlo.
—Pero funcionó, y no moriremos durante mucho tiempo. Nuestra memoria perdurará durante años. —Marian estaba observando a todos, con una sonrisa fresca y que no se le había visto en mucho tiempo.
La mañana siguiente, el profeta no había reportado nada en lo absoluto. Nadie sabía nada, solamente quienes organizaron el ataque. Y las victimas, entre ellas Parsy Parkinson, quien en ese momento estaba sentada, frente a un Flammer tranquilo pero con sus predilectos artefactos muggles de tortura.
—Quiero saber, directora, ¿por qué a Hada Delacour no intentó matarla? ¿Acaso le debe un favor a ella o algo por el estilo?
—No, no le debo nada ni ella a mi. Es por ley. Si el ministerio superia que maté a una gestante, yo perdería todo lo que he construido. —Flammer, quien escuchaba a Parkinson, dejó caer un instrumento de metal al piso, algo que jamas había pasado. — ¿Así que no lo sabías? —Dijo la mujer cautiva.